Felipe Monedero Navia

Tomarse un tiempo para reflexionar sobre sus prácticas de gestión del tiempo es crucial para mejorar la eficiencia. Yo aprovecho las horas de concentración programadas en mi agenda diariamente. Estas horas me permiten bloquear tiempo específico para pensar en ideas y resolver cuellos de botella mentales, lo que me ayuda a enfrentar problemas o tareas con una nueva perspectiva. Llevar un registro de tiempo durante una semana puede revelar dónde se gasta la mayor parte del tiempo, permitiendo ajustar el enfoque y eliminar pérdidas. Establecer metas realistas, ser flexible y adaptable, y mantener un equilibrio entre trabajo y vida personal son claves para una gestión del tiempo eficaz y continua.

La multitarea está más que probado que es una falacia. Nada es más improductivo y desvía más el foco de un gerente. Planear con detalle los temas del día y estimar el tiempo que se dedicará a cada uno permite gestionar mejor el tiempo y evitar el desgaste. No es necesario siempre acabar una tarea en una sola sesión; vale comenzar, llegar a un punto y retomarla más tarde, ya que a menudo esto produce mejores resultados. En lugar de dividir la atención entre múltiples tareas, concéntrese en una a la vez para lograr una concentración más profunda y un rendimiento de trabajo de mayor calidad. Cuando termine una tarea, pase a la siguiente con el mismo nivel de compromiso.

Las reuniones, que son tan importantes a mi criterio, permiten alinear a los equipos, formar una visión unificada y fortalecer la cultura y la comunicación de la empresa. Sin embargo, el problema surge cuando se vuelven frecuentes e improductivas. Para evitarlo, es fundamental dar un objetivo claro a cada reunión y seguir un esquema de agenda. Además, liderar la discusión es esencial para mantener el enfoque en el objetivo. Asegúrese de que cada reunión tenga una agenda definida y un límite de tiempo estricto. Invite solo a los participantes esenciales y considere métodos alternativos como el correo electrónico o reuniones rápidas para temas menores. Este enfoque optimiza el tiempo y mantiene las reuniones productivas.

Saber a quién delegar y qué delegar hace toda la diferencia en la gestión eficaz de un equipo. No todo el mundo es apto para recibir tareas delegadas, por lo que es crucial identificar a las personas adecuadas para cada tarea. Delegar no solo libera tiempo para que los gerentes se enfoquen en el trabajo estratégico de alto nivel, sino que también es vital para el crecimiento y desarrollo del equipo. Al recibir nuevas responsabilidades, los miembros del equipo adquieren habilidades y confianza. Una comunicación clara y la provisión de recursos necesarios son esenciales para el éxito de la delegación. Siempre he creído que el mejor gerente es aquel que no hace falta en el día a día, pues ha empoderado a su equipo de manera efectiva.

El arte de saber priorizar es clave para alcanzar el éxito. No solo se trata de usar matrices como la de Eisenhower o métodos de gestión del tiempo; mucho reside en el buen olfato del gerente. Identificar las tareas que tienen mayor impacto en los objetivos empresariales y darles máxima prioridad es esencial. Actuar sobre las tareas importantes antes de que se vuelvan urgentes es crucial para evitar el caos. Aunque herramientas y sistemas pueden guiar el proceso, la perspicacia y la capacidad de tomar decisiones acertadas son fundamentales para centrarse en lo que realmente impulsa el negocio, diferenciando entre lo que solo parece urgente y lo que es verdaderamente importante.

Con los datos en la mano, proceda a analizarlos para identificar tendencias, patrones e información clave que servirán de base para su evaluación. Este análisis es crucial para comprender en qué medida se han cumplido los objetivos y detectar áreas de mejora. Sin una lectura y comprensión adecuadas de los datos, pueden generarse diagnósticos erróneos que afecten los resultados. Lo más importante es entender bien los datos para proporcionar a los clientes una visión precisa de su desempeño, demostrando sus habilidades analíticas y atención al detalle, y guiándolos hacia la mejora continua.