Scriptio continua
Scriptio continua ("Escritura continua" en Latín) es un estilo de escritura en el que no se utilizan espacios para separar las palabras, además de escribirse todo en mayúsculas y sin signos de puntuación. En occidente, desde los primeros textos griegos, hasta alrededor del 1000 d. C., los textos alfabéticos fueron escritos sin separación entre palabras, y en los primeros años en mayúsculas. Todavía en el idioma tailandés, otros abugidas del sureste asiático, y en lenguajes que usan caracteres chinos (como el chino y el japonés) no se separan las palabras en un texto (aunque a veces se separan las oraciones), ni existen minúsculas. El chino moderno difiere del antiguo en que al menos usa signos de puntuación, aunque estos fueron tomados de occidente.
![](https://cdn.statically.io/img/upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/b/bc/Codex_sinaticus_%28The_S.S._Teacher%27s_Edition-The_Holy_Bible_-_Plate_XXII%29.jpg/180px-Codex_sinaticus_%28The_S.S._Teacher%27s_Edition-The_Holy_Bible_-_Plate_XXII%29.jpg)
Antes del invento del codex (libro), los escritos griegos y latinos se hacían en pergaminos. En la Roma clásica leer era devolver la voz al texto. El lector ya conocía el texto, usualmente de memoria, y el pergamino le servía como una ayuda. Leer era más parecido a interpretar una partitura que a la lectura actual de un texto.[1] El sistema de lectura silenciosa más rápida no era el estándar, aunque lentamente se fue imponiendo, haciendo necesaria la introducción de los signos de puntuación.[2] La separación sistemática de las palabras en un texto fue introducida por copistas irlandeses alrededor del siglo VIII, aunque demoró siglos en extenderse.[1]
Puede parecer que la dificultad extra de entregar al lector la tarea de distinguir las palabras e introducir la puntuación al texto sea una actitud elitista (pues, en ningún momento la población letrada romana fue de más del 20%), orientada a dificultar el aprendizaje, pero aparentemente los lectores preferían el texto no marcado, pues frente a él se demuestra la inteligencia del lector, al devolver al texto su significado original.[1] Sin embargo, los romanos eran conscientes de que había frases que podían ser interpretadas de maneras contradictorias, como INCULTOLOCO, que puede ser in culto loco (en lugar culto) o inculto loco (lugar inculto), y que no siempre podían ser diferenciadas por su contexto.[1]
En los tiempos modernos es común que los niños que aprenden a escribir lo hagan en scriptio continua. Lo normal es que la separación de las palabras y los signos de puntuación vayan apareciendo gradualmente. Primero se separan los nombres propios. Las preposiciones lo hacen bastante después, encontrándose incluso a nivel universitario casos problemáticos (como apesar por a pesar).[3]
Ejemplos
editarTexto en latín
editarEl siguiente texto latino (de Cicerón, De finibus bonorum et malorum):
- NEQVEPORROQVISQVAMESTQVIDOLOREMIPSVMQVIADOLORSITAMETCONSECTETVRADIPISCIVELIT
queda en puntuación moderna como:
- Neque porro quisquam est qui dolorem ipsum quia dolor sit amet, consectetur, adipisci uelit…
- ‘A nadie le gusta el dolor para su propio bien, o lo busca, o quiere tenerlo, sólo porque es dolor…’
Chino
editarLa oración en chino moderno:
- 北京在中国北方;广州在中国南方。(pinyin: Běijīng zài Zhōngguó běifāng; Guǎngzhōu zài Zhōngguó nánfāng.)
no posee separaciones entre palabras; si las tuviera, quedaría como:
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ a b c d Emilia Ferreiro (1997). La revolución informática y los procesos de lectura y escritura. Estudios Avançados 11 (29) pp. 277-85
- ↑ Richard A. Lanham (2006). The Economics of Attention. ISBN 0-226-46882-8. page 113-115
- ↑ Liliana Tochinsky, Rosa Simó. Escribir y leer a través del curriculum. Horsori Editorial, 2001