- Cuartos de final, Espa�a vs Alemania. El partido y sus reacciones, en directo
Mikel Merino es uno de los pretorianos de Luis de la Fuente. Uno de esos jugadores a los que el seleccionador ha tenido desde que era un cr�o. En Stuttgart, la cabeza del navarro fue el pasaporte de Espa�a a la semifinales de la Euro. La sexta de su historia, la cuarta en las �ltimas cinco ediciones. Una barbaridad.
En el estadio en el que Mikel debut� con Espa�a, su llegada y su remate de cabeza sell� el pasaporte a M�nich. Y de paso sac� de un buen jale a De la Fuente, que con los cambios se hab�a metido en un buen jard�n. Pero ah� estaba dos de sus soldados m�s fieles, Dani Olmo y Mikel Merino, para dar una victoria que cotizaba por entonces s�lo en los penaltis.
La Alemania de los 80 con F�llkrug
Cuando Alemania quiso ser Espa�a, el partido estuvo vestido de rojo. Pero cuando el equipo de Nagelsmann se olvid� de estilos y recurri� a lo que fue la se�a de identidad de un pa�s que asustaba por donde pasaba en los a�os 80, la tarde comenz� a hablar en alem�n. A trav�s del toque fue incapaz de desorientar a Espa�a, pero lo hizo como los viejos alemanes, los M�ller, Hrubesch, Rummenigge, Allofs, Seller... A base de empujar y empujar, arrinconar a Espa�a, colgar balones sin parar y rematar todo lo que volara al �rea, fuese pelota, carne enemiga o amiga. Fue la aparici�n de F�llkrug la que despert� los fantasmas de aquella vieja Alemania.
Esta vez los cambios...
Apost� fuerte De la Fuente con el 1-0 y mucho tiempo por delante. Primero quit� a Lamine Yamal y un rato despu�s a Nico Williams. Pod�an andar justos de fuerzas, que es natural, pero dejar al equipo sin sus dos pu�ales lo dej� sin salidas, sin colmillo. Y el respiro de los alemanes de escuch� desde Stuttgart hasta Kiel.
Once de carrerilla
Luis de la Fuente mantuvo la hoja de ruta marcado. El once que arranc� ante Alemania para buscar las semifinales de la Eurocopa fue el mismo que arranc� el partido de octavos frente a Georgia. Despejada el interrogante entre Pedri y Dani Olmo a favor del canario, el seleccionador hace algo que no ha hecho hasta ahora. Porque desde que se estren� ante Noruega en marzo de 2023, entre partido y partido siempre hubo al menos un cambio.
Pero el hecho de Espa�a salga con el mismo equipo que en Colonia va m�s all�. Porque eso no ocurr�a desde el 27 de junio de 2016. Ese d�a, en el que la selecci�n se despidi� de la Euro de Francia al perder 2-0 ante Italia en Saint-Denis, Del Bosque repiti� el equipo que hab�a jugado los tres partidos anteriores: De Gea; Juanfran, Ramos, Piqu�, Jordi Alba; Busquets, Iniesta, Cesc; Silva, Nolito y Morata.
A partir de ah�, siempre hubo cambios entre los partidos en las etapas de Lopetegui, Fernando Hierro, Luis Enrique y Robert Moreno.
Han tenido que pasar 97 partidos desde entonces para ver a los mismos onces entre dos partidos. Antes del partido de Stuttgart, lo que m�s cerca estuvo de repetir equipo De la Fuente fue en la Final Four de la Nations League. Entre el once que bati� a Italia en la semifinal y arranc� al final ante Croacia s�lo hubo una modificaci�n: entr� Fabi�n Ruiz y sali� del equipo Mikel Merino.
El de M�nich ser� nuevo a la fuerza.
�Y Kroos lesion� a un rival el d�a de su adi�s!
Incre�ble que se pueda asociar el nombre de Kroos a una entrada muy dura y una lesi�n. Es algo de lo que no hab�a memoria, que no exist�a. Pero ocurri� nada m�s empezar el partido de Stuttgart. El 8 de Alemania lleg� tarde y mal a presionar la salida de Pedri. Se llev� por delante al canario y le caus� una lesi�n de rodilla que de momento es un esguince. Si rara era la acci�n, m�s lo fue que Kroos protestase una acci�n por la que debi� dar las gracias que Taylor s�lo pitase falta.
La puesta en escena de Alemania con el cuchillo entre los dientes y tres entradas en el primer cuarto de hora merecedoras de amarillas. S�lo la de R�diger a Fabi�n tuvo ese castigo.
Con el tiempo, Kroos vio una amarilla clara y mereci� otra en la pr�rorga. Qui�n sabe qu� hubiese pasado con el castigo que merec�a la patada a Pedri. Puede que Kroos lo hubiese agradecido, porque el final de su carrera fue de una crueldad absoluta. Apenas compensada por el adi�s de su afici�n.
El mensaje no puede cambiar
Esta Eurocopa es la confirmaci�n de que Espa�a tiene madera. M�s all� de resultados, �xitos o fracasos, el equipo de Luis de la Fuente ha puesto sobre la mesa una idea que ha conquistado a todo el mundo, incluso a aquellos que cuando la selecci�n sali� desde Palma de Mallorca aseguraban que de regreso estar�a un equipo que ser�a un meme. El caso es que la selecci�n espa�ola est� en boca de todos por todo: por juego, por jugadores, por planteamientos, por recurso... Lo mismo si un d�a somos capaces de valorarnos. Porque los cuchillos afilados siguen guardados.
La maldici�n
Dos maldiciones encerraba el partido de Stuttgart. La de Espa�a era la de haber sido incapaz a lo largo de su historia, desde el primer caso en 1934, de imponerse en su casa a quien organiza una Eurocopa o un Mundial. La de los alemanes, la que arrastran los organizadores de las Eurocopas desde 1984, cuando la Francia de Platini celebr� el t�tulo ante su gente.
De esa batalla maldita sali� Espa�a ganando como tantas veces lo hizo Alemania: sin saberse muy bien c�mo.
R�diger, un gigante
Descomunal partido del central berlin�s. Un muro que se levantaba cada vez que Neuer ve�a que su porter�a pod�a estar en peligro. No era s�lo lo que tapaba y a lo que llegaba, era el esp�ritu con el que fue capaz de contagiar a su equipo, de la atm�sfera que se cre� para que Alemania escapase de la trampa en la que andaba metida.
Una ciudad patas arriba
Debe de ser que las autoridades alemanas supieron a �ltima hora que Stuttgart iba a ser una de las ciudad nucleares la Euro. Porque la ciudad del Neckar est� patas arriba, en busca de un tesoro perdido. Hay obras a casa paso, tanto como para que las vallas tengan agujeros invitando a echar una ojeada. Gr�as que se comen los parques. Desv�os, calles cortadas, t�neles que son una ratonera, atascos desesperantes. Una estaci�n de tren que es un laberinto de andamios, casetas, recovecos inquietantes... Todo un espect�culo.