SELECCI�N ESPA�OLA DE F�TBOL

Selecci�n espa�ola

Mbapp� y dos historias extremas de los capitanes de Francia

El posicionamiento pol�tico del capit�n de Francia lleva al pasado, a la Francia de la invasi�n nazi y la Resistencia

Alex Villaplane, Kylian Mbapp� y �tienne Matller
Alex Villaplane, Kylian Mbapp� y �tienne Matller

La concetraci�n de la selecci�n francesa durante la Euro se ha visto sacudida por las elecciones en su pa�s y el auge de la extrema derecha de Marie Le Pen. Su capit�n, Kylian Mbapp�, se ha posicionado de manera abierta, sin circunloquios. Esa claridad a la hora de expresar qu� piensa ha generado un intenso debate, no s�lo en Francia. Y permite viajar en el tiempo para encontrar dos historias tremendas de capitanes de Francia y posicionamiento pol�tico.

Villaplane, el capit�n del que Francia se averg�enza

Las casi 300 p�ginas que escribi� Philippe Aziz baj� el t�tulo Traicionar�s sin verg�enza son una sucesi�n de historias de terror de franceses que colaboraron con la Gestapo. Algunas de ellas de una crueldad que invitan a dejar de leer. Una habla del llamado comando SS Mohammed. Es la siguiente: "Alex y tres de sus hombres del BNA (Brigade Nord-Africaine) irrumpieron en la casa de Genevi�ve L�onard, a la que acusaban de esconder a un jud�o. Alex agarr� a la mujer, que ten�a 50 a�os y seis hijos, por el pelo. Ella cay� al suelo y le rog� que parara. "�D�nde est� tu jud�o?, grit� fuera de s� Alex. La mujer no contest�. Alex la levant� de manera brutal y la llev� a una granja vecina a golpes. All� la oblig� a ver una escena atroz. Los �rabes del BNA torturaban a dos campesinos acus�ndolos de ser terroristas. Estaban atados de pies y manos a un �rbol, eran azotados y ten�an el rostro cubierto de sangre. Ella gritaba espantada. Uno de los �rabes lanz� sobre los campesinos encadenados una antorcha ardiendo. Alex estall� en una carcajada. Los campesinos, ardiendo, ped�an socorro. Fueron ametrallados. Mientras, parte del comando hab�a encontrado al jud�o, Antoine Bachman. Lo llevaron ante la mujer, que fue abofeteada por Alex, que la arrest� exigi�ndole 200.000 francos".

Era Alex Villaplane (12-9-1905). Jug� los tres partidos de Francia en el Mundial de 1930. Era el capit�n.

Su nombre todav�a trata de camuflarlo la Federaci�n Francesa. �l fue el primer jugador nacido en el norte de �frica (vio la luz en Argelia) que llev� el brazalete de capit�n. Centrocampista de clase y con un poderoso juego a�reo, Villaplane fue uno de los futbolistas m�s importantes en la d�cada de los 20.

Pero el f�tbol no era su �nica manera de vivir. Los bajos fondos parisinos sab�an bien de Villaplane, m�s tras colgar las botas. Cuando el 24 de junio de 1940 Adolf Hitler y Albert Speer, su arquitecto de c�mara, visitaron Par�s, Villaplane estaba encarcelado.

Henri Chamberlain, que se hac�a llamar Lafont, se encarg� de organizar una red de colaboradores con la Gestapo en la que no dud� en contar con Alex.

Alentado por Hitler en persona, Lafont cre� la Brigade Nord-Africaine, a la que encomend� la caza de jud�os, en especial en la zona de Perigord. Carta blanca.

En una acci�n en el pueblecito de Mussidan (Aquitania) el comando secuestr� y ejecut� a once j�venes entre 17 y 27 a�os. A su regreso a Par�s, Alex se vanaglori� ante varias jarras de cerveza alemana de haber abierto �l mismo el fuego.

Alex se convirti� en un demonio para los jud�os. Haci�ndose pasar por un salvador, el ex capit�n de la selecci�n francesa convenci� a varias familias jud�as de que a cambio de las posesiones que ten�an o escond�an (cuadros, joyas, dinero...) �l les sacaba de Francia, bien por barco o haci�ndoles llegar a Portugal a trav�s de Espa�a. Una vez convencidas, las sub�a a camiones que le ced�a la Gestapo con distintivos del ej�rcito alem�n desde los que no se ve�a nada. �l les explicaba que era la mejor manera de no levantar sospechas.

Al volante se colocaban sus hombres, que durante varias horas se dedicaban a dar vueltas alrededor de Par�s para acabar aparcando en el interior de la sede de Gestapo o en otro lugar acordado por los germanos. Las v�ctimas se bajaban del cami�n y se encontraban rodeadas de uniformes con la calavera y las dos tibias.

Los sue�os de gloria de Villaplane se fueron convirtiendo en miseria con los golpes de la Resistencia. Era un objetivo prioritairo.

Cuando el 26 de agosto de 1944 las tropas aliadas desfilaron en los Campos Eliseos, Villaplane quiso recuperar su pasado como gloria del f�tbol franc�s y convencer de que detr�s de su m�scara de colaborador lo que hab�a hecho era liberar a compatriotas y salvar a jud�os de las garras de los nazis. Hab�a demasiada informaci�n. Imposible.

El 1 de diciembre de 1944 se sent� ante la Justicia en la Corte del Sena. �l y sus secuaces fueron condenados a muerte por alta traici�n, colaboraci�n con el enemigo, asesinatos y actos de barbarie. A las diez de la ma�ana del 26 de diciembre, en el cuartel de Montrouge, a 13 kil�metros de la sede de la Gestapo parisina, fue fusilado junto a Lafont y Pierre Bony (quien lleg� a ser teniente de las SS.

Mattller, capit�n de Francia y de la Resistencia

A �tienne Mattler le gustaba contar historias en el estanco que regentaba en Belfort su ciudad natal, en la rue Goerig de Belfort. Ten�a muchas, pero con el paso de los a�os hab�a una que era su refugio. Repet�a una y otra vez c�mo era interrogado por la Gestapo. Y explicaba a quienes le escuchaban la imagen que utilizaba en su cabeza para huir de golpes, insultos y vejaciones: la de la selecci�n de Francia y sus partidos con ella.

Conocido como El Papa, Mattler disput� tres Mundiales con Francia: 1930 -capitaneado por Villaplane-, 1934 y 1938. En este �ltimo, el capit�n era �l.

El primer partido de Francia tras ese Mundial, celebrado en suelo propio, fue en N�poles. Italia, que hab�a sido el verdugo de los anfitriones en cuartos (1-3), viv�a a finales de 1938 en pleno apogeo del fascismo de Mussolini. La palabra guerra recorr�a Europa de punta a punta. En el estadio, los silbidos y los insultos se le quedaron grabados a Mattler. "Jam�s olvidar� lo que all� vivimos", recordaba. Bruno Mussolini, hijo de Il Duce, abandon� el estadio lanzando un "son porquer�a" en referencia a los franceses.

Tras el partido, el jugador del Sochaux se fue a un caf� con un grupo de compa�eros. Fueron reconocidos por los parroquianos y tuvieron que soportar nuevos insultos hacia ellos y su pa�s. Harto, Mattler se levant� y comenz� a cantar a pleno pulm�n La Marsellesa, gesto al que se unieron sus compa�eros de selecci�n. Los insultos dejaron paso al sarcasmo, primero, y despu�s al silencio cuando los franceses, tras callar a los italianos, abandonaron el bar con la cabeza alta. Como en la pel�cula Casablanca, pero en f�tbol.

Meses m�s tarde, Mattler combat�a en las Ardenas como artillero del cuarto regimiento de artiller�a de la 14 divisi�n, bautizada como la Divisi�n de los Ases.

Desmovilizado en Niza y con Francia ocupada por las tropas alemanas, Mattler se uni� a la Resistencia, al Ej�rcito de las Sombras. De los entrenamientos sal�a muchos d�as en bicicleta con bolsas al lado de las ruedas, en las que llevaba armas para esconderlas en un granero a las afueras de H�ricourt.

De aquel lugar escap� a duras penas tras un chivatazo que llev� a tropas alemanas a inspeccionar la zona. La suerte que tuvo ese d�a le dio la espalda el 3 de febrero de 1944, la noche del bautizo de su segunda hija. Cay� junto a varios compa�eros de combate, entre ellos el decorador Robert Hennin. Este fue liberado 45 d�as m�s tarde, pero su vida la hab�a salvado el propio Mattler al casi obligarlo a tragarse un papel extremadamente comprometedor justo antes de entrar a la Kommandatur.

Presionado, golpeado y sometido a trampas, como la de un capit�n alem�n que se acerc� a �l asegur�ndole que era deportista y trabajaba para la Resistencia, logr� aguantar hasta ser liberado de la prisi�n Friedrich. Aprovech� su r�gimen de libertad vigilada para esconderse en un coche lleno de hierba y cruzar as� la frontera con Suiza.

Qued� retenido en un campo de refugiados de guerra en el cant�n de Valais, donde se reencontrar�a a excompa�eros de equipo como Courtois, Lehman o Heisserer. En agosto de 1944 consigui� regresar su pa�s y unirse al Primer Ej�rcito Franc�s en las operaciones de liberaci�n. Lleg� a formar parte de las unidades que penetraron en Alemania. Fue herido en la cabeza en Zuzenhausen (Baden-Wuttemberg), al alcanzarle las esquirlas de un ob�s de la Wehrmacht. Tras acabar la guerra fue condecorado con dos menciones: la Cruz de Honor Brit�nica y la Legi�n de Honor.

El 23 de marzo de 1986, en su querida Belfort (en cuya liberaci�n particip�), muri� �tienne Mattler.

Denise, su hija, recuerda con MARCA el d�a de la detenci�n. "Fue el d�a de mi bautizo. Mi hermana, 11 a�os mayor que yo, me lo cont� muchas veces. Estuvimos varios a�os sin saber nada de nuestro padre. Durante meses le dieron por muerto. �El d�a que apareci� las emociones fueron incre�bles!", rememora Denise.

Hizo un viaje muy especial con su padre, con su h�roe. "Fuimos hasta Villefranche-sur Mere, el lugar en el que partieron en 1930 hacia Uruguay para el Mundial. Mi hermana tiene de �l recuerdos de la guerra; yo de las historias deportivas que me contaba", explica.

Por encima de todas las cosas, la hija peque�a de �ttiene Mattler destaca las dos pasiones de su padre: "El f�tbol y su pa�s. Nuestra familia siempre estar� orgullosa de �l, de situaciones como aquella de N�poles. Le recuerdo con felicidad, emoci�n y el orgullo de saber a qu� dedic� su vida".

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